martes, 5 de julio de 2011

O8~



Después de mucho tiempo sin siquiera pasar por accidente por esta página decidí complacer sus peticiones y reclamos del porque no había subido más cosas, bien gente, aquí les dejo mas de mis reflexiones inconexas.

Así que bien, esta es la parte del blog en la que junto palabras para formar un mensaje semi-coherente, que, a pesar de su relleno de sinceridad masticable, algunas personas decidieron tomarlo muy en serio, como los e-mails de “almas gemelas” que coinciden con mis puntos de vista, y que están de acuerdo en que el mundo apesta, y que desearían poder matarse, bien, elimínense silenciosamente si quieren, siempre y cuando no dejen una nota que demuestre que yo se los dije, maniacos de autoestima deficiente. Sucede, que yo si tengo simpatía por existir –el te no puede tener esa agradable y dulce sensación si estar muerto. Piensa en todas esas cosas que extrañarías, historietas, música, películas, videojuegos, música, arte, uñas creciendo, y para ustedes, sexo… bueno, sexo no, dependiendo de que tan extraño es tu agente funerario, ENTONCES, en lugar de llenar esta entrada hablando de los típicos vicios desagradables, les contare una pequeña historia –

Hace un tiempo, yo tenía el hobbie de escribir, lo manifestaba de dos maneras, algo parecido a esto y otro mucho más desagradable, donde debia mirar a la gente, así que decidí hacerlo para mí misma, y vivir felizmente escribiendo palabritas en mi pequeña habitación. Estaba emocionada e impaciente por mostrar lo que había hecho, estar en soledad hacia que mis “brillantes ideas” surgieran, me sentia increíble, y para variar ese día era mi cumpleaños. Fui tan feliz a enseñar mi trabajo a una persona que no es mi familia y que la censuraremos, iba como un gordito baboso e indudablemente vergonzoso bebe, y no solo eso, era la primera vez que le enseñaba mi “arte” de ese tipo a alguien que no tuviese miedo de decirme que es una mierda, esperaba ver algunos amigos que me enseñaron unas maldiciones en italiano (siempre practico), me dieron un increíble panecillo durante el almuerzo, y volví con mi adorada familia a sus acosos de mi adición de edad. Después de horas y un incidente medio… doloroso, no me sentia tan vigorosa. De pronto solo queria sentarme, ese día ya no era TAN grandioso, después de todo una diminuta parte corporal no se sentia bien, cuando llegue a casa espere a que el malestar se fuera, pero solo iba y venía, así que: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS ITH! ¡AHORA MUEVE TU TRASERO AL HOSPITAL!

El regalo de cumpleaños de mi padrino fue una cita a su consultorio para decirme que tenía que ir al hospital, así que ahí estuve en una camilla con un tubo en la nariz tratando de sacarme la maldad que había arruinado mi momento feliz, no solo estaba experimentando nuevos e increíbles niveles de dolor, si no que la tienda que encuentras en cada dos cuadras donde suelo comprar te, estaba algo lejos, y no podia caminar, me dolía la nariz, la garganta y partes del pecho, como si todo hubiese sido picado por alguna gigante, desagradable, abeja asesina en última instancia. Por primera vez no había más que hacer, excepto soportar esos aterradores momentos en los que me hundía en el sueño, y luego despertaba para volver a lo mismo. Compartí mi habitación con un hombre llamado Pedro (No tenia apariencia de Pedro, pero estaba viendo a Peter el panda). Pedro se quejaba como moribundo detrás de la cortina, y bajo el océano de medicamentos a los que lo someten – la morfina. Pienso, porque su mundo, su delgadez, su piel desgastada, parecían un infierno, lo molido de mi nariz ya no parecía algo tan impresionante. Su familia era muy diligente, venían día a día a asegurarse de que seguía con vida, en el ultimo día que estuve ahí, vino una enfermera y le dijo que lo operarían en unas cuantas horas: una sonda de alimentación seria colocada en su estomago, para evadir el tumor que impedía el paso a cualquier tipo de alimento, el, en su cansancio, su titubeante voz, le pregunto a la enfermera, cuanto tiempo de vida le quedaba. Estaba tan acostumbrada a escuchar eso en televisión, a menudo como broma, que cuando lo oí en REALIDAD, detrás de la pequeña cortina, senti deseos de llorar. La enfermera le dijo lo que muchas veces se le dice a las personas, que nunca sabremos cuando debemos partir, que solo hay que vivir la vida, mientras aun se tenga, porque CUALQUIER día, puede ser el último. Algo realmente familiar para mí, pero aquel día sonó diferente. Eso tuvo más sentido que cualquier cosa. No quiero morir todavía, y un mundo que crea a las personas que QUIEREN hacerlo, es un mundo que no quiero entender.

martes, 28 de junio de 2011

O7~



Mi mente se ha convertido en una pesada carga en mi oscura vida… y es tan pesada que yo… Oh… ¿Por qué debería?... Oh… OLVIDENLO, realmente ahora, ¿Alguna vez te has sorprendido a ti mismo alimentando a tu propia fase negativa? Tan real como una repugnante emoción puede ser; inevitablemente, debe pasar, o ser alimentado por tu necesidad de mantener tu pequeña actuación. Existe una gran diferencia entre ser honesto y en crear un estilo personal de una depresión horriblemente TEATRAL, si, yo en cambio, mi unico estilo personal es usar una playera tipo polo todos los dias, por favor, no tengo una depresión horrible, solo expreso mi punto de vista sobre ciertas cosas en el mundo, no ‘Critico sin razón’ como me dijeron en un e-mail. Es más bien alguien gritando en el tormento por haber perdido el control de sus esfínteres, y luego, para reponer dicha inconformidad toman un laxante muy malo en cantidades industriales para extender el momento. Ahora, si eso fuera algun tipo de fetichismo personal, estaría bien (para el tipo), pero como una forma de llamar la atención es realmente MOLESTO. Actualmente no hay nada que me signifique una molestia en particular (aparte de este asunto de amputación cuádruple – aunque he aprendido a escribir muy bien con mi oreja). Tiendo a ser consumida, por las ansias menos tangibles de la vida, como las típicas –preguntas clásicas sobre la mortalidad, y otras cosas divertidas (es una buena forma de hacer que otros más problemas mundanos parezcan triviales). Pero las personas están demasiado impacientes por decir la ‘VERDAD’ incluso sobre los misterios de la vida. Que no HAY otro mundo después de este, y que SABEN que EXISTE un lugar al cual ir, y eso solo me disgusta (Muy bien queridos lectores y que envían e-mails. Dije DISGUSTA, ¿entendido?). Estoy aterrada de cualquiera que CREE que sabe algo, y si, mi maestro de ‘Materia censurada’ I y II era alguien digno de temer.
La certeza ciega es una cosa repulsiva. Así que soy feliz de tan solo conducir por algun camino sinuoso y mirar lo que hay sobre mi –las estrellas, la luna, herraduras purpura… me he ido por la tangente ¿no? de cualquier forma, hay solo un momento para sacarte a ti mismo de la penumbra de barro que te succiona los pies y te mantiene esa ilusion de que esta es la única clase de atención que mereces recibir. Hay un momento para que hagas tu maleta llena de un arsenal de armas letales y sacudas el lúgubre manto que te envuelve… bien, quizás tu no debas tomar ese camino… No, probablemente no deberías. Pero veras a alguien que lo hace. Niños no intenten hacer esto en casa… A menos que no estén planeando culparme.

Por cierto, nunca les agradecí por enviarme sus e-mails, así que gracias. Y un especial agradecimiento a aquellos que han incluido su alma eterna. Para quienes no me hayan enviado SUS almas eternas, aun las acepto, si lo haces ahora recibirás un botón brillante “¡DI MI ALMA A M’SULEEZ!”
Envíen sus e-mails a blueprussian.available@gmail.com, y gracias Tu-sabes-quien, por enviarme todos los nombres de antidepresivos del mundo, y la palabra ‘Critica’ en todos lados. Esta entrada me la dedicare a mí, porque todo el mundo se va, ahora yo me voy. Y recuerden gente… ¡Sonríe hasta que te detengas!

domingo, 26 de junio de 2011

O6~


Tú y yo no somos iguales.

-Meredith Sulez


Clasificacion: R-13, lenguaje no adecuado.
Genero: Comedia, Drama.

Julchen se encontraba haciendo lo que hace mejor: discutir con la televisión y chatear en la computadora. Estaba sola en casa así que se dedicaba a observar su programa favorito mientras chateaba con su bielorrusa favorita.

-       ¿Qué estas haciendo? – se recostó en la cama el joven de ojos dorados.
-       ¿Te importa? – corto hostilmente.
-       No seas mala con nosotros, nos preocupamos por ti – recargo sus brazos del otro lado de la cama Effy.
-       Invadir mi espacio vital con preguntas estúpidas no es preocuparse por mí.
-       Vaya humor tienes hoy amor – recargo el joven su cabeza en su hombro.
-       Estaba de mejor humor hasta que vinieron a joder.  ¡Y quítate de encima!

No había terminado de maldecir en contra del castaño cuando Effy le hizo ‘poke’ a la pantalla de la laptop.

-       ¿Con quién chateas? – pregunto ella.
-       ¡Con nadie! – se escandalizo la albina, y cubrió la pantalla con ambas manos.
-       ¡Quiero ver! ¿Estas siéndome infiel? – dramatizo el chico.
-       ¡No seas ridículo! Tu y yo no somos nada – abrazo su computadora.
-       Te dije que quiero ver – intento quitársela.
-       Y yo te dije que no lo hare – le respondió.
-       Son tan graciosos peleando así – rio la pelinegra.
-       ¡Cállate! – gritaron al unísono.

Effy rodo los ojos y con ágil movimiento le quito la computadora.

-       ¡Hey! – se quejo Julchen.

Zavé se retiro en cuestión de nada del lado de la albina y examinaron con quienes hablaba en Messenger, solo estaba una ventana abierta: Natasha Sletvano.

-       ¿Quién es ella? – preguntaron ambas voces.
-       ¿Mi privacidad donde queda? – cuestiono con sarcasmo.
-       No lo sé, cuando la vea te aviso cielo, ahora… ¿Es rusa? Me gustan las rusas – sonrió pícaro.
-       Idiota, ¿Qué te importa de dónde sea? – le reprocho Effy.
-       ¿Estas celosa? – pregunto Zavé con un deje de burla.
-       No seas estupido.

Y mientras ellos discutían, Julchen se despidió de Natasha argumentando que no estaba poniendo atención debida a su serie favorita y cerro su laptop. Se dirigía hacia la puerta cuando se abrió casi dándole en la cara.

-       Julchen, teníamos mucho sin verte así que decidimos venir – exclamo Emily entrando a su cuarto como quien entra a su casa.

Detrás de la castaña oscura, entraron Dea y Ailicec.

-       Ah si, pasen – dijo Julchen sarcásticamente.
-       Deberías amarrar a tu perro, ¡Juro que casi se me tira encima! – relato Dea.
-       Totalmente, ¡Casi nos come! – exclamo Ailicec.
-       No amarrare a mi perro – frunció un poco el seño la albina.
-       Ya aprenderá a querernos – sonrió Emily.
-       ¿Esa bestia? – dijo Effy.
-       Esa cosa no querría a nadie, ni aunque su vida dependiera de ello.
-       ¡Basta! A mi bebe no lo insultan – inflo las mejillas Julchen e hizo un puchero.
-       ¿Qué estas viendo? – pregunto Dea señalando el televisor.
-       Lo de siempre – suspiro Julchen.
-       Oh… - exclamaron las otras tres chicas.

Después hubo un pequeño silencio.

-       Entonces ser pensante, ¿Quién es Natasha Sletvano? – Pregunto con una sonrisa burlona Effy a Julchen.
-       ¿Quién? – Pregunto Emily al instante.
-       No me suena – dijo Dea.
-       Ni a mí – por ultimo Ailicec.
-       Zavé, dime que ya encontraste mi privacidad – menciono suplicante la de ojos rosa-azul.
-       Pues – chasqueo la lengua el unico hombre – aun no aparece. Quizás si nos dices quien es Natasha Sletvano, la encuentre.

Julchen los miro con ojos de pistola, respiro profundo y cerró los ojos un momento.

-       ¡Yo sé quién es Natasha! – grito feliz Alice quien apareció de la nada.
-       ¿En serio? – todos preguntaron confundidos.
-       No – soltó una risita mientras se cubria la boca.
-       Natasha Sletvano es una amiga, chateo con ella casi diario. – soltó la albina como si le estuviera explicando a unos niños de kínder.
-       Ahhhh… - dijeron todos a la vez.

Emily hizo una mueca desaprobando que la albina no les haya contado antes de ella, eran amigas ¿No? Ailicec solo sonreía al igual que Dea.

-       No tengo por que soportar esto, chicas, ¿Qué tal si salimos? – dijo Julchen.
-       Muy bien – sonrió Ailicec.
-       Me parece perfecto – exclamo Dea tomándole el brazo a la albina.
-       Solo… - dio un paso al frente Julchen – No quiero que ustedes vayan – señalo a la niña rubia que la llama mamá, a la pelinegra sádica y al cínico castaño.
-       Oh vamos no harías nada sin nosotros – sonrió Effy.
-       Quisiera estar sin ustedes – contraataco Julchen.
-       Nunca escuche que te quejaras – dijo Zavé.
-       ¡Si no hago más que quejarme de ustedes!
-       ¿En serio? Entonces no te puse atención – sonrió de lado con sorna.
-       ¡Voy a matarte! – tacleo a Zavé y cayeron en el suelo.

Ailicec, Dea, Emily y Effy tomaron a Julchen por ambos brazos y la quitaron de encima del chico. Effy levanto al joven mientras lo miraba burlón.

-       Ya nos vamos – sonrió Dea mientras entre las tres chicas arrastraban a la albina


La albina seguía pataleando, segundos después se rindió y fue arrastrada con más fluidez, salieron por la puerta principal aun arrastrando a Julchen.

-       Todo está bien pancake – dijo Julchen a su akita inu atigrado. Aun siendo arrastrada.

Julchen, una de las personas más quejumbrosas en este y otros universos. ¿Cómo es posible que no haya dicho ni “pio” mientras sus amigas la arrastraban varias cuadras? ¿Y como es posible que esas chicas cargaran a la albina por varias cuadras y no respinguen ni nada?

-       ¡Ya llegamos! – llegaron a un café. Los nervios de Julchen se alteraron después de sacudir sus ropas.

Si, la albina esperaba encontrarse a un chico lindo casi bañado en sangre. Aunque eso jodiera mas su salud mental y le costara mas idas al psicólogo. Y aunque eso no sucedió, paso un tiempo muy agradable del lado de sus mejores amigas. Emily y Ailicec tuvieron que irse, venga que cuatro horas en el café no eran cualquier cosa. La razón por la que no las corrían al ser tan tarde, quizás era solo educación.

-       Señoritas, ya es hora de cerrar – les dijo una empleada a Dea y Julchen que reían como si estuvieran ebrias.
-       Oh vamos solo un momento mas – reía Julchen.

La empleada le dio una mirada desaprobatoria y así que ambas salieron dirigiéndose a un parque. Ahí se pusieron a cantar desgarrándose la garganta y ahuyentando a toda la gente cubriéndose los oídos.
Poco después Dea también se tuvo que ir, y Julchen se quedo tarareando en los pasamanos.

-       No te aguantaron ¿No es así? – llego Zavé de repente.
-       No lo intentes, estoy muy feliz como para que lo arruines.
-       No pienso hacerlo – apareció arriba sentado junto a Julchen. – De hecho, conocí a una persona como Dea hace tiempo.
-       Ten mucho cuidado con lo que vas a decir – menciono en tono de advertencia la chica.
-       Nada malo, solo como ella, soñadora, con carisma, maternal – sonrió un poco menos cínico.
-       ¡Te agrada Dea!
-       Oh cállate – se ruborizo un poco el castaño.
Julchen por su parte solo sonreía satisfecha.
-       Incluso en eso nos parecemos – soltó el castaño unos segundos después.
-       Oh no, tú y yo no nos parecemos.
-       ¿Bromeas? Solos iguales
-       ¡TU Y YO NO SOMOS IGUALES! – grito irritada la albina.
-       Te pareces más a mí que a la puta de Effy.
-       Yo no soy puta – llego de la nada Effy – aunque el idiota tiene razón.
Zavé le mostro el dedo medio.
-       ¡Yo no me parezco a Zavé! – frunció el seño Julchen.
-       ¡Claro que si! – dijeron el castaño y la pelinegra al unísono.
-       Es decir, eres arrogante como yo, egoísta, y actúas como yo, tienes mis tics, y eres igual de terca que yo, incluso somos igual de pésimos en física, tu salud mental es tan deplorable como la mía pero eres tan orgullosa como yo que no quieres admitirlo. Sin mencionar eso a lo que tú le llamas “Sinceridad” que no es más que dices la verdad con la más brutal forma que puedas. – decía Zavé como si se alabara a si mismo.
-       La palabra que buscas es cinismo, IDIOTA – reprocho Effy.
-       Y yo te tengo otra palabra con “C” ¡Cállate! – frunció el seño.
-       Vaya, tu coeficiente intelectual subió al punto que sabes que se escribe con “C” – exclamo con sarcasmo la pelinegra.
-       Creí haberte dicho que te callaras.
-       Lo hiciste.
-       ¿Por qué no admites que te gusto? – sonrió coquetamente el chico.

Effy imito el gesto con el dedo que Zavé había hecho minutos atrás.

-       Esto no lleva a ningún lugar – la albina se tomo el puente de la nariz con la mano.
-       Tienes razón, solo piensa, en: Aun sin mi hablando, ya me hacías caso, y no te dabas cuenta. Debes deshacerte de la puta esta – señalo con la cabeza a Effy.
-       Llegue antes que tu.
-       Y era miserable contigo, yo en cambio, le di coraje y valor, ¿Tu que hiciste? La hundiste en la depresión.
-       Solo quieres manipularla.
-       Al igual que tu.
-       Yo jamás seré igual a ti – Julchen bajo de donde estaban y camino un poco.
-       Muy tarde, tu eres igual a mi – la alcanzo el joven.
-       Por mucho que odie admitirlo, el imbécil tiene razón, ya no hay marcha atrás eres como un clon de Zavé con el pene mutilado. Y a decir verdad eso te ha funcionado.
-       No estarás de su lado Effy, eres la única semi-cuerda en mi cabeza – dijo en tono suplicante Julchen.
-       Tienes razón, pero aun así… ¿Sabes que? Deberías mejorar.
-       No, así está bien – dijeron Zavé y Julchen al unísono.

Tal vez… si eran parecidos.

miércoles, 22 de junio de 2011

O5~


Quizas... necesito una palabra descriptiva.


-
Meredith Sulez



Un fondo de estrellas, y por debajo había un camino de mosaicos con un signo de interrogación en medio, había dos puertas, una decía ‘Game Over’ la otra tenia inscrito: ‘One life left’ o una vida restante en español.

-       ¿Dónde estoy? – se pregunto Julchen.
-       Señorita está deteniendo el tráfico, pase a la izquierda por favor – le dijo una joven de cabello negro y ojos violeta, vestía un traje de policía, con boina y toda la cosa.
-       No, no, por la derecha – dijo un joven de cabello castaño rojizo y ojos dorados, tenía un traje de oficial de tránsito, con ese chaleco anaranjado fluorescente.

Effy y Zavé, comenzaron a discutir a cual puerta debia ir Julchen, la chica argumentaba ir a la puerta de ‘Game Over’ y así que por simple lógica deductiva, Zavé decía la puerta restante.

-       ¿Quieren dejar de pelear? – se molesto la albina.
-       ¡Cállate! – gritaron ambos seres.

Julchen rodo los ojos, y comenzó a avanzar a la puerta de la derecha.

-       No ahora ya no quiero – le detuvo el de chaleco naranja.
-       Por Dios Zavé, mi vida no gira en torno a ti, y yo no quiero morir.

Effy frunció el seño, estoy segura que si fuera posible, le hubiese explotado la cabeza Julchen como si le hubiera clavado un cuchillo de buceo.

-       ¿No le harás caso a este imbécil o si? – le encaro Effy.
-       No pienso hacerle caso a ninguno de los dos.
-       Pues deberías, ahora deshazte de él, o aquí habrá un problema.
-       El unico problema que habrá es mi puño clavado en tu cara – saco su lado agresivo la otra chica.

Comenzaron una discusión tediosa que no hay porque anexarla aquí si queremos que todo tenga sentido. Y justamente esa discusión hizo al castaño perder los estribos, su paciencia se agotaba y las chicas discutían por nada prácticamente.

-       Oh por favor – El chico, puso la palma de su mano en su frente.

Chasqueo los dedos, y en segundos las puertas, los mosaicos y las estrellas desaparecieron, dándole lugar a algo similar a un oasis, un jardín, lleno de vida, árboles, lagos y cascadas cristalinas, era un ambiente relajante, igual que era muy parecido a la cornucopia en Los juegos del hambre.

-       Esto es hermoso – Julchen observo todo el paisaje luego a los jóvenes a sus espaldas.
-       ¿Y… las puertas? – incluso Effy miraba todo con sorpresa.
-       Bueno, si vas a elegir un camino que sea un lugar donde no puedas culpar que arruinamos tu vida – sonrió el ojidorado.
-       G-gracias – susurro la albina.

A lo lejos se miraba esa cabellera rubia con ese listón azul Prusia haciendo contraste.

-       ¡Natasha! – grito alegre Julchen.

La chica no la escucho, quizás era porque a su alrededor había como unas veinte personas, todos tenían una apariencia divina, eran hermosos como dioses griegos. Una de ellas de cabello rojo con negro volteo hacia Julchen, Effy, Zavé; y le susurro algo a un chico fornido y de cabello negro. Effy se acomodo el cabello y fue con el chico que hablaba con la pelirroja.

-       Suerte que no eres como ella – exclamo Zavé.
-       Ni aunque mi vida dependiera de ello.
-       De hecho así es – respondió y rio a carcajada limpia.
-       Idiota – la albina estaba de mal humor.

Julchen volteo de reojo un lugar un poco más alejado, igual lleno de vegetación y estaba junto a la cascada, ahí estaba esa chica de cabello castaño y ojos violáceos-grises, conversaba alegremente con Emily, esa chica de cabello castaño un poco más oscuro que el de Dea, y de ojos avellana, también estaba Ailicec, la chica de cabello cenizo y ojos azules. Emily y Dea tenían amarrado a su dedo meñique un hilo rosa palo y ellas no parecían percatarse de ellos.

-       ¡Son las chicas! – exclamo alegre la albina mas para si misma.
-       No te recomiendo ir – se encogió de hombros el chico junto a ella.
-       ¿Qué dices? Perdiste la cabeza, ellas me aman.

Zavé tomo la mano de Julchen y la levanto para que la viera, en su meñique había un hilo plateado y era muy débil al llegar a Ailicec.

-       Te pegue la paranoia, son mis mejores amigas – seguía con su optimismo.
-       Como quieras, no digas que yo tuve la culpa.
Julchen le abrazo y salió corriendo tratando de llegar a ellas.
-       ¡Chicas! – les grito.

Las tres chicas voltearon hacia Julchen, Emily sonrió en su dirección, Dea le hizo un saludo agitando su mano, y Ailicec bajo de donde estaban para ir con ella. Antes de llegar a ella se vio interrumpida como si estuviese detrás de un vidrio. Ambas se posaron sobre la especie de vidrio mirándose asombradas, el hilo plateado desapareció de sus meñiques y Dea junto con Emily, aparecieron de la nada llevándose a Ailicec por ambos brazos. Julchen casi rompía a llorar.

-       ¿Q-que paso? – pregunto Julchen con la voz quebrada.
-       Te lo dije – Zavé se poso a su lado.
-       No lo entiendo, las considero mis mejores amigas – recargo su cabeza en el hombro de él.
-       Y ellas también te consideran su amiga, es solo que… - trataba de buscar palabras menos… crueles.
-       Lazos. – concluyo ella.
-       Exactamente.

Julchen suspiro y comenzó a caminar en dirección contraria a ellas, se miro el meñique izquierdo y pudo observar un hilo blanco, trato de seguirlo con la vista y vio que llegaba a Natasha. Suspiro nuevamente, por alguna razón no le sorprendía. Se paso una mano por la cabeza, y de ahí alcanzo a ver otro hilo plateado, este era más largo y no podría verle a simple vista, así que camino un buen tramo siguiendo el dichoso hilo plata.

Llego al otro extremo de la cornucopia, y recargado en la pared estaba un chico como de la edad de Effy y Zavé, de cabello un poco mas rojizo que el de Zavé y ojos verde amarilloso, era casi idéntico al castaño, si bien podría ser el.

-       ¡Zavé! – le grito Julchen llamándole, un tanto confundida.
-       ¿Si? – respondió Zavé de otro lado junto a la chica pelirroja que estaba con Natasha.
Bien, el no era Zavé, en cuestión de nada se acercaron a él dos niños rubios, uno de ojos azules y otro de ojos violeta.
-       ¡Tío, tío! – le abrazaban los niños.
-       ¿Tio? – Julchen aun mantenía la distancia, rio un poco.
-       ¿Mami? – llego al lado de la albina esa niña de cabello rizado.
-       Oh, Alice, ya habías tardado.
-       Lo siento.
-       ¿Alice? ¿Qué te parece si vas a jugar a otro lado? Tengo algo que hacer – se acuclillo y en la última frase miro al joven que se encontraba fumando.
-       Está bien – rio cubriéndose la boca y corrió a jugar con los niños que rodeaban al pelirrojo.
Julchen volvió a ver su dedo meñique y volteo a ver al chico, dudaba en acercarse. Al final, decidió que estaba lo suficientemente aburrida como para hacer otra cosa y… ¡Maldita sea! Era su lazo y ¿No iba a conocerlo?
-       Hola – saludo ella un poco insegura al ponerse frente a él.
El joven alzo la cabeza, examino su rostro y bajo su vista al meñique de la chica.
-       Así que eres tú – sonrió de lado aun viendo el hilo plateado.
-       Supongo, aunque no nos conocemos. – paso su mano izquierda por el albino cabello de su nuca.
-       Creo que podemos arreglar eso ¿Tu no? – sonrió de lado de una manera un tanto picara.
-       Supongo – rio la albina – Soy Julchen por cierto.
-       Soy…

Fin.

martes, 21 de junio de 2011

O4~


Despues (Claro gente reaccionen, no ACABA de suceder) de una conversacion con aquella linda y carismatica chica, mi querida amiga Ailicec, estuve pensando en ciertas cosas, eso me llevo al tema (Si, tambien hablamos de la relaciones entre ciertas personas que no hay que ni camuflar el nombre, simplemente, se omitira su participacion) Relaciones humanas, ya saben afecto, odio. Si, si, muchos de ustedes han de estar esperando trancazos con piedras o simplemente ya truenan sus dedos para corregir mi 'critica' llamandome antisocial, si eso creen, ya sabes donde esta el boton atras, por favor gente, quiero pensar que son lo suficientemente maduros y con una mente puramente desarrollada para entender que esto no es una critica ni destructiva, ni constructiva.

Gente, saben muy bien que en realidad los amo (Vamos, no teman al sarcasmo), no puedo decir que odie a muchas personas; ciertamente creo que hay muy pocas personas que merezcan ese nivel de atención, la verdad, creo que hay personas buenas afuera, en alguna parte, es solo que aquí. En esta pequeña perspectiva desordenada, es tan raro sentir, algo por alguien, los lazos son difíciles. Hay irritación el estar entre tantas personas quienes ya encontraron sus lazos, y que determinan que aquellos quienes no lo han encontrado son tan indeseables como el vacio que están reemplazando. El paralizador sueño de la mente de que no estas solo no porque la gente no te acepte, pero porque lo encuentras de poco valor el ser aceptado. Una soledad impuesta es mucho mejor que simplemente tolerar la compañía en espera de algo mejor. La soledad no es una cosa tan terrible cuando consideras la alternativa de pensar que te da ese consuelo, rodearte de personas que te consideran indeseable, o solo eres deseable cuando su otro lazo no está o cuando te necesitan de algo, tanta hipocresía, solamente te hace recordar por que estar solo a veces es preferible. Pondría una película y música sobre la borrosa masa de rostros que he encontrado. La gente comienza a parecerme meras maquinas de reacción carnosas; desapasionadas y muertas. Pero todo está en mi cabeza, no puedo afirmar de ser lo suficientemente arrogante para asegurar alguna percepción en particular. Después de todo, la realidad es lo que nosotros hacemos de ella. Es solo que, desafortunadamente, la población en general la hace tan desagradable. Estoy divagando, quizás sea un tema diferente. Estoy satisfecha que hayan vivido para leer una segunda entrada de este tipo, la primera se vendió lo suficientemente para costearme mi nueva prótesis de cabeza (tiene automatizador de sonrisa, así no tendré que sentirla). Estoy agradecido con aquellos me ayudaron a conseguir esta cosa puramente maligna.

Gracias Natasha y Ailicec, por inspirarme algunos pensamientos verdaderos y apasionados, y por estar tan cerca de mí.



Y que viva la prosa melodramatica! es lo que mas utilizo hoy en dia.