miércoles, 15 de junio de 2011

O3~


De ballet, violines y pianos.

-Meredith Sulez


Clasificacion: ATP, no contiene lenguaje vulgar.
Genero: Drama.  


Un escenario, podría decirse de doscientos setenta grados, en el estaba lleno de gente, y como atracción principal, era aquella chica de cabellos albinos, y ojos degradados de azul y rosa. Tenía un tutu de esos que se usan en los recitales de ballet en color azul Prusia, parecía confundida, observo al publico, podia verse que en primera fila estaban sus amigos y conocidos, que le miraban eufóricos, volteo hacia atrás y se vio a si misma sentada en una jaula, solo que ahora tenía un tutu blanco.

-       Que comience el espectáculo – exclamo una voz.

Julchen se giro nuevamente hacia atrás, y observo a una joven de cabello negro y ondulado, de piel pálida y un aspecto fino y suave, tenía unos hermosos ojos violáceos, acompañados de una sonrisa impecable cuando se situó detrás de un piano, se aliso su bello vestido rojo y se sentó en el banquillo.

-       Ya lo creo – esta vez exclamo un joven, parecía de la misma edad de la chica, de cabello castaño cobrizo oscuro y unos brillantes ojos color dorado, parecían oro liquido, podia verse el escenario reflejado en ellos.

Sonreía insoluble, daba un aspecto de belleza sobre humana, tenía un traje blanco y tomo un violín de color marrón. Eran los dos instrumentos favoritos de Julchen.

-       ¡Si! – se escuchaba reír y festejar a una niña de cabello rubio rizado, de piel blanca y mejillas sonrosadas, portaba un vestido rosa palo y cargaba un pandero.

Julchen no sabía que hacer, ni siquiera entendía lo que pasaba. Como respuesta a su pregunta, los jóvenes comenzaron a tocar la variación del cisne negro. Al hacerlo un hilo muy fino en tono violeta amarro sus muñecas; Julchen intento gritar, pero su voz no salía de sus pulmones, intento llorar pero las lagrimas no corrieron por sus mejillas. Sus brazos se movían armoniosamente conforme a la música de piano. El violín resonó más, y unos listones dorados rodeaban su cuerpo guiándola en una complicada coreografía en contra de la voluntad de la chica.

-       ¡Basta! – grito Julchen sin controlar su bailoteo.

Las personas del público sonreían y reían eufóricos, excepto una chica de cabello castaño, piel pálida y ojos de un degradado entre violeta con gris… Dea. Ella se mantenía seria, intentaba procesar lo que pasaba. El público no miraba los hilos morados y los listones color oro.

-       Por favor… - la voz de la albina se quebró.

Detrás de su hermosa coreografía de ballet, estaban los dueños de la melodía, sonreían triunfantes, una sonrisa tan brillante, tan… perfecta, eran dos seres completamente hermosos.

-       Julchen – susurro una joven de cabellos rubios casi albinos, y ojos color azul Prusia, claro, nuestra querida Natasha, ella intento a ayudarle, pero ella tenía una orquesta detrás de ella, todos vestían un traje negro con corbata roja, todos con un instrumento diferente.

La música seguía y la variación del cisne negro cambio repentinamente a la variación del cisne blanco, por tanto la danza también cambio, los finos pasos y movimientos de la canción anterior fueron reemplazados por unos sutiles y delicados pasos puestos en escena; fue solo cuestión de tiempo para que el piano dejara de sonar y la joven pelinegra se pusiera frente a ella sonriendo y girando, hacia movimientos perfectamente alineados con sus brazos, parecía que jalaba los hilos de ella, como si fuese su marioneta.

-       No puedes detenerlo – sonrió de lado ella y soltó una risotada sarcástica con un toque de psicosis.

La chica desapareció, entre una nube de humo roja, el ambiente se volvía con millones de destellos purpura rodeando todo el lugar, aun se escuchaba la melódica voz de la chica cantando.

Desperate, I will crawl
Waiting for so long
No love, there is no love.
Die for anyone
What have I become?

Something's getting in the way.
Something's just about to break.
I will try to find my place in the diary of Her

As I burn another page,
As I look the other way.
I still try to find my place in the diary of Her.

Todos a excepción de Dea y Natasha sonreían maravillados por lo que ellos creían efectos especiales.

-       No te habrás olvidado de mi ¿O si? – sonrió el chico del violín situándose frente a Julchen ofreciéndole su mano.
-       Como hacerlo si nunca te callas, todo era mejor cuando no hablabas.
-       No querrás cambiarme por esa cualquiera ¿Verdad cariño?

Antes que ella pudiese contestar, la tomo de la mano, la junto a su cuerpo y comenzó a coordinar una maravillosa coreografía de vals. Tenían una sincronía increíble, se movían como si realmente supieran lo que hacen.

-       Aun la siento – exclamo Julchen haciendo referencia a los hilos morados.
-       Controlan tus acciones, yo el rumbo, todo fuese más fácil si me hubieras dejado a mí el control – se detuvo, se arrodillo y beso la mano de la albina.
-       ¡Por supuesto que no! – se alejo Julchen de golpe – esta es mi vida ¡Déjenme en paz!

Cuestión de nada y el joven había desaparecido en medio de una llamarada.

-       Casi terminamos – dijo la más joven de ahí.
Tenía razón, se escuchaban las melódicas voces aun cantaban aquella canción, cuando en eso volvieron los atractivos jóvenes. Se situaron a cada lado de Julchen, ambos alzaron el brazo izquierdo haciendo que la albina lo levantara con un movimiento fino como si aun fuera parte del baile. Hicieron su brazo derecho en un movimiento hacia la derecha (redundancia) y la albina hizo una reverencia leve emocionando al público invitado, claro, a excepción de las chicas mas serias.

- ¿Y por qué son todos...hermosos? – se escucho la voz de Julchen en la oscuridad
-Adivina, preciosa. La gente confía más rápido en nosotros si tenemos un aspecto agradable a la vista.- respondió la voz masculina.